El lenguaje es una de las herramientas más importantes y poderosas con que cuenta una persona. Le permite comunicarse con otros, expresar su opinión y comprender mejor el mundo que le rodea, teniendo mejores oportunidades en la vida. Para los niños, el lenguaje es fundamental para desarrollar su pensamiento, comunicarse con otros y aprender todo lo que les enseñan en la escuela. La lectura y la escritura son las herramientas fundamentales para acceder al lenguaje.
Un niño o niña que no ha tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades de lenguaje será mucho más vulnerable al abuso y la explotación y con menos herramientas para vincularse con la sociedad. He aquí la importancia de asumir este desafío como una responsabilidad compartida.
Si la lectura se presenta como algo placentero, nuestros hijos e hijas se interesarán cada vez más. Debemos hacer de la lectura una actividad interesante, entretenida y así deben vivirla nuestros niños y niñas tanto en la escuela como en sus hogares.
Para incentivar la lectura el Gobierno anunció la creación de un Programa de Bibliotecas Familiares que permitirá entregar a 400 mil familias en situación de pobreza una mini biblioteca. Esta iniciativa pretende apoyar las capacidades lectoras de un número importante de niños y niñas que debido a su situación socio económica se ven impedidos de acceder a este tipo de material pedagógico, al mismo tiempo impone un desafío a las familias respecto del fomento el hábito de la lectura.
¿Cómo podemos constituir a la familia y la escuela en aliados para lograr esta tarea?
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